22 ENERO 2022
Estoy desarrollandome
como mariposa.
No se en que,
me permito crear
y
creer
en todo.
Para luego
poder desplegar mis alas
y volar bien alto
y bien lejos.
30 NOVIEMBRE 2021
En aquella época, para mí el mes de junio era horrible. Aguantar soberanamente aquel calor en época de exámenes no era ningún caramelo. Especialmente aquel año, los profesores parecían haberse puesto de acuerdo – y no para bien – para poner todos los exámenes la misma semana. Era mi tercer año de carrera, y con diferencia el más difícil.
Llevaba varias semanas encerrada a base de café. No veía el momento de que llegara el 24 de junio.
Para cuando llegué a casa, mi madre había preparado todo un festín.
Recuerdo aquel mantel blanco impoluto. Las servilletas compañeras casi almidonadas todas con la misma forma. Un despliegue de copas de varios tamaños, tres platos por cada persona: cubre platos, plato llano y plato hondo. Recuerdo sus bordes dorados. Y las flores en mitad de la mesa.
Había dos detalles que me encantaban especialmente: uno eran los tapetes que cubrían las copas, una tela dorada con 4 borlas a los lados colgando alrededor de la copa. El otro era la mesita auxiliar pequeña que había montado justo al lado con algunos aperitivos.
Y allí estaba ella, esperándome con una sonrisa y los brazos bien abiertos.
– Enhorabuena mi niña
– ¿Pero por qué? – Le pregunté, un poco desconcertada, no entendía muy bien que es lo que celebraba.
– ¡Porque has terminado, por fin!
– ¡Mamá, pero si todavía no sé ni si he aprobado!
– ¿Qué más dará eso ahora? Ya vendrá eso después…
Y así es como funcionaba ella.
No me compraba grandes regalos, ni montaba fiestas multitudinarias, siempre éramos ella, mi hermano, mi padre y yo. Pero ponía todo el corazón sobre la mesa.
Ha habido muchas de estas. Cuando aprobé el carnet de conducir – a la cuarta – y llamó a Enrique para que nos viéramos los tres en el bar de abajo de mi casa. O como cuando cada junio al acabar el curso, nos recogía y nada más montarnos en el coche cantaba a toda voz mientras aplaudía:
–¡¡¡Vacaciones chicharrones!!!
Como si tener todo el verano por delante con nosotros fuese el mayor de los regalos.
Otras veces simplemente miraba por la ventana mientras terminaba la comida, y decía:
–Vamos a tomarnos un aperitivo– porque había salido el sol, y eso era más que motivo de celebración en mi casa.
De todo esto hace ya mucho tiempo. Desde que me fui para buscarme, y buscar la vida. He vivido en varios países y ciudades, trabajando para diferentes empresas.
Siempre siguiendo mi carrera como Bióloga, que era para lo que me había preparado.
Empecinada en que así tenía que ser, tenía que ganarme la vida de lo que había estudiado. No podía tirar todo ese esfuerzo por la borda. Por mucho que no me gustara el laboratorio, ni todos aquellos papeles interminables que siempre tenía por firmar, o esos insoportables requisitos, trámites y composturas de los que tenía que estar siempre pendiente. Y no voy a mentir, no tuve la valentía suficiente para dejarlo.
Pero gracias a dios que me despidieron.
A veces las esperas sirven para pensar, en todo esto. A mi hoy, esperar en la notaría para firmar la herencia de mi madre me ha hecho darme cuenta de muchas cosas. Quizá no estoy preparada para seguir con mi carrera como Bióloga, pero si estoy segura que para lo que mi madre si me preparó fue para celebrar cada cosa aparentemente insignificante y cotidiana.
Esa es la herencia más importante que voy a firmar hoy.
25 AGOSTO 2021
Compongo cosas que rompo
para volverlas a arreglar,
así paso mi tiempo.
¿Se ha roto?
Si hay grietas
así es como entra la luz.
Es como un vacío
más frío que dos que se miran
pero no se ven.
Verdaderamente lejos
más que las manos que lo crean
y los cuerpos que lo habitan
viene del primer olvido,
y de la primera resignación
que es casi infinita,
atravesando todas los desiertos del desacuerdo.
Es oscuro
más que la boca que lo espera
y no vuelve más.
es una duda constante
el no poder encontrarte
estando en la misma habitación
No se donde está tu coraje de quererme.
¿Está roto? ¿Se ha roto?
Que las cosas que se estropean
no se tiran sin más
se vuelven a arreglar.
03 MAYO 2021
Sagaz y ladina. Siempre busco. Siempre encuentro la manera de hacer que ocurra.
No conozco a nadie que vaya tan a fondo con todo en la vida. Siempre sigo buscando.
No lo sé todo, pero lo busco.
09 ENERO 2021
Cuando ya no estés
y ya no pueda
tocar tus manos
ni una vez más.
Ni pueda pellizcar tu piel
y arrugarla entre mis dedos.
y no me digas más
te quiero
mientras entrelazas tus dedos con los míos
y los aprietas
y me haces sentir
como dos olas
que rompen a la misma vez
y su espuma salpica
por todas partes.
Cuando eso pase
y ya no estés.
No me preocupa.
porque
tu amor
trasciende
más allá del tiempo
y el espacio.
Tu amor
es tan grande
e inagotable
que podré sentirlo
en cada rayo de sol
que roce mi cara,
como si lo hicieran
tus manos.
En cada mota de polvo
suspendida
en ese haz de luz
que caerá
sobre mi libro abierto
en la estantería.
Sabré que querrás decirme.
Cada vez que a mis manos
llegue algo,
como por casualidad
mientras
se me hace un nudo en la garganta.
entenderé
que una vez más
estarás ahí,
conmigo.
Tu amor, mamá
no es solo aquí
en este espacio – planeta tierra –
ni es solo ahora – en este tiempo –
Será eterno.
29 SEPTIEMBRE 2020
LEO se baja del balancín y mira de lejos a un tobogán, se acerca un poco sin dejar de mirarlo. Va hacia las escaleras, mira arriba.
Finalmente sube por las escaleras. Se agarra muy fuerte y despacio se sienta en la parte de arriba del tobogán. Se queda un rato ahí, mirando hacia abajo del tobogán.
CARMEN [V.O]
No sabría responderte… Bueno, déjame explicarte. Al principio, cuando estas arriba. Te sientes bien arriba.
Lo único que quieres es lanzarte hacia abajo con todas tus fuerzas lo más rápido posible. Porque sí, todos queremos correr al principio. Estás en el punto clave, en el éxtasis.
Entonces te sueltas. Pensando que todavía quieres más.
LEO se impulsa, se suelta y con los brazos arriba baja el tobogán muy emocionado.
CARMEN [V.O]
Vas a toda velocidad, a por todas. Pero todavía quieres más. Quieres mantenerte ahí para siempre, si eso es posible.
LEO de repente llega abajo del tobogán y se frena en seco. Se queda parado y su ánimo cambia radicalmente.
CARMEN [V.O]
Cuando de repente, te topas con lo plano y te frenas de golpe. Parece incluso que te hubieras quedado atrapado. Quieres empujarte y salir. Pero la sensación de vacío y decepción te impiden levantarte. ¡Ha durado lo que dura un suspiro! ¿Cómo puede la gente sentirse bien? Acabas empujándote como puedes con pies y manos para salir de allí cuanto antes y a poder ser, sin que nadie se dé cuenta de tu decepción.
LEO se empuja con las manos fuerte, con esfuerzo se consigue poner en pie. Mira a ambos lados para ver quien hay. Empieza a andar de manera pausada con la cabeza mirando al suelo…
LEO sigue caminando alejándose poco a poco del tobogán. Cada vez vemos más lejos a LEO y al tobogán hasta que lo vemos en una pantalla de televisión.
El plano sigue alejándose hasta que vemos en un salón a CARMEN de pelo blanco liso con media melena muy bien peinada, destacan sus ojos verdes maquillados de manera natural, viste ropa arreglada pero sobria y LEO con pelo moreno peinado hacia atrás con pelo un poco largo, resaltan sus ojos verdes con su piel algo morena. CARMEN y LEO están sentados en un sofá.
Hay una mesita baja con algunos snacks y una copa de vino.
LEO se incorpora y coge la copa, bebe. Mientras CARMEN lo mira con una copa de vino en la mano.
CARMEN
Eso cariño…
Eso es el amor.
Al principio nos deja en la cresta de la ola. Nos faltan minutos en el día para gastarlos con esa persona. Nos volvemos insaciables, nos devoramos, pero queremos más y a más velocidad.
No tienes ojos para nadie más. De hecho, no ves nada más.
Y el cuento de siempre, todo nos parece perfecto.
Hasta que topamos con lo plano. La rutina. Y nos frenamos en seco, nos cerramos en banda.
¿Dónde está la magia aquí? Si apenas acabamos de empezar y ya estamos acabados. Ha sido más que fugaz, efímero. ¿Cómo ha pasado esto?
Entonces es cuando te debates entre empujarte un poco más para intentar salir del atolladero. O salir de allí pitando y no intentarlo nunca más.
CARMEN se incorpora y deja la copa en la mesa. Se acerca más a LEO en el sofá y le coge la mano.
CARMEN
Este ha podido ser el viaje más corto de tu vida.
Total, tirarse por un tobogán, que puede durar, ¿20 segundos?
Pero siempre puedes levantarte de allí, mirar las escaleras de nuevo y decir: ¡vamos a sentir ese éxtasis de nuevo! Me subo a esto una vez más.
Créeme, puedes renovar tus ilusiones y volver a intentarlo.
Puedes hacer este corto viaje lo largo que quieras.
LEO se baja del balancín y mira de lejos a un tobogán, se acerca un poco sin dejar de mirarlo. Va hacia las escaleras, mira arriba.
Finalmente sube por las escaleras. Se agarra muy fuerte y despacio se sienta en la parte de arriba del tobogán. Se queda un rato ahí, mirando hacia abajo del tobogán.
CARMEN [V.O]
No sabría responderte… Bueno, déjame explicarte. Al principio, cuando estas arriba. Te sientes bien arriba.
Lo único que quieres es lanzarte hacia abajo con todas tus fuerzas lo más rápido posible. Porque sí, todos queremos correr al principio. Estás en el punto clave, en el éxtasis.Entonces te sueltas. Pensando que todavía quieres más.
LEO se impulsa, se suelta y con los brazos arriba baja el tobogán muy emocionado.
CARMEN [V.O]
Vas a toda velocidad, a por todas. Pero todavía quieres más. Quieres mantenerte ahí para siempre, si eso es posible.
LEO de repente llega abajo del tobogán y se frena en seco. Se queda parado y su ánimo cambia radicalmente.
CARMEN [V.O]
Cuando de repente, te topas con lo plano y te frenas de golpe. Parece incluso que te hubieras quedado atrapado. Quieres empujarte y salir. Pero la sensación de vacío y decepción te impiden levantarte. ¡Ha durado lo que dura un suspiro! ¿Cómo puede la gente sentirse bien? Acabas empujándote como puedes con pies y manos para salir de allí cuanto antes y a poder ser, sin que nadie se dé cuenta de tu decepción.
LEO se empuja con las manos fuerte, con esfuerzo se consigue poner en pie. Mira a ambos lados para ver quien hay. Empieza a andar de manera pausada con la cabeza mirando al suelo…
LEO sigue caminando alejándose poco a poco del tobogán. Cada vez vemos más lejos a LEO y al tobogán hasta que lo vemos en una pantalla de televisión.
El plano sigue alejándose hasta que vemos en un salón a CARMEN de pelo blanco liso con media melena muy bien peinada, destacan sus ojos verdes maquillados de manera natural, viste ropa arreglada pero sobria y LEO con pelo moreno peinado hacia atrás con pelo un poco largo, resaltan sus ojos verdes con su piel algo morena. CARMEN y LEO están sentados en un sofá.
Hay una mesita baja con algunos snacks y una copa de vino.
LEO se incorpora y coge la copa, bebe. Mientras CARMEN lo mira con una copa de vino en la mano.
CARMEN
Eso cariño…
Eso es el amor.
Al principio nos deja en la cresta de la ola. Nos faltan minutos en el día para gastarlos con esa persona. Nos volvemos insaciables, nos devoramos, pero queremos más y a más velocidad.
No tienes ojos para nadie más. De hecho, no ves nada más.
Y el cuento de siempre, todo nos parece perfecto.
Hasta que topamos con lo plano. La rutina. Y nos frenamos en seco, nos cerramos en banda.
¿Dónde está la magia aquí? Si apenas acabamos de empezar y ya estamos acabados. Ha sido más que fugaz, efímero. ¿Cómo ha pasado esto?
Entonces es cuando te debates entre empujarte un poco más para intentar salir del atolladero. O salir de allí pitando y no intentarlo nunca más.
CARMEN se incorpora y deja la copa en la mesa. Se acerca más a LEO en el sofá y le coge la mano.
CARMEN
Este ha podido ser el viaje más corto de tu vida.
Total, tirarse por un tobogán, que puede durar, ¿20 segundos?
Pero siempre puedes levantarte de allí, mirar las escaleras de nuevo y decir: ¡vamos a sentir ese éxtasis de nuevo! Me subo a esto una vez más.
Créeme, puedes renovar tus ilusiones y volver a intentarlo.
Puedes hacer este corto viaje lo largo que quieras.
30 JUNIO 2020
– Hoy está especialmente precioso – recalca Greta.
Carlos mira, pero no dice nada, solo sonríe.
– Mira allí, esa nube…creo que no he visto ese color en mi vida – Si lo miro mucho rato, siento que me atrapa. Como si pudiera dar un paso desde aquí y subirme en ella.
– ¿No sé si voy a dejar de venir eh? Eres un poco rara… entre hablar con desconocidos y después esto…
– ¿Soy yo la rara?, es la gente, que no se para a ver de verdad. La mayoría de gente mira, pero no ve. Salen a pasear al campo pero no son capaces de pararse a ver los colores que hay ese día en el cielo, o en tocar las flores cuando ha llovido y sentir la lluvia a través de ellas. El olor tan fuerte, que a veces se mete por la nariz hasta la boca y me parece que puedo hasta masticarlo… masticar las flores, piénsalo.
22 MAYO 2020
Me encanta cuando me toca la cara, y me da calor. Me siento cobijada entre sus brazos y me da por sonreír. Es la sencillez mas absoluta, y la belleza más palpable. Tanto que a veces ciega con mirar.
Cuando menos piensas, sale el Sol.
05 MARZO 2020
Quiero EMPRENDER, un viaje. Estoy segura que será largo,
arriesgado y duro. Pero quiero sentirme viva. Eso es un lujo.
Es momento de arriesgarse,
de comenzar de nuevo,
de levantarte cada mañana sin saber
si lo que escribirás será suficientemente bueno
como para que te dé de comer
a final de mes.
No hay nada mejor que sentir
la incertidumbre,
de sentirse viva.
13 SEPTIEMBRE 2019
Es algo muy especial para mí.
Hace tiempo estuve en una situación parecida a la tuya cuando mi padre enfermó. Lo más duro para nosotros era no poder hacer esas cosas cotidianas…nos encantaba salir los días de lluvia y esperar hasta que parara de llover para ver el arcoíris.
Cuando ya no podía salir de la cama, le regale este prisma para que pudiésemos seguir viendo el arcoíris incluso en la habitación del hospital. Úsalo cuando necesites un poco de luz en esos momentos más duros…